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06 Ago

Neumonia en el adulto Mayor

Cuando los días están muy fríos y las enfermedades contagiosas abundan por doquier, siempre se extreman los cuidados en los menores de edad y en nuestros adultos mayores.  La Tercera edad sufre con mayor razón las inclemencias del invierno: bajas defensas, condiciones físicas y, principalmente, su estilo de vida, determinan la gravedad de cualquier enfermedad que se les pueda presentar, como por ejemplo, la neumonía. La neumonía es una infección de los pulmones que puede presentarse en cualquier período de la vida. Sin embargo, en el caso de la tercera edad, es una dolencia de extremo cuidado pues es una de las principales causantes de muerte. Esta dolencia es causada por bacterias, virus y hongos. Las formas en que se puede contraer esta enfermedad abarcan las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca que pueden propagarse a los pulmones; o mediante la inhalación de algunos de estos microbios directamente hacia los pulmones; o por inhalar alimentos, líquidos, vómitos o secreciones desde la boca hacia los pulmones o también conocida como “neumonía por aspiración”. Las razones por las cuales esta enfermedad es peligrosa en esta edad se deben a múltiples factores, como la evidente disminución de la elasticidad pulmonar, así como también una menor función mucociliar que mediante la secreción de mucosidad y arrastre permite la eliminación de partículas y patógenos. A esto se suma a un menor reflejo de la tos. Otro factor que aumenta las probabilidades de padecer neumonía en la tercera edad son las diferentes enfermedades acompañantes o morbilidad. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, cardiopatías, cáncer, inmunodepresión, malnutrición o el Alzheimer son sólo algunas de las dolencias que influyen en la peor evolución de la neumonía en un anciano. Por eso, hay que estar atentos a los síntomas más comunes de la neumonía, que son:

  • Tos con una mucosidad amarillenta, verdosa o incluso con sangre
  • Fiebre que puede ser leve o alta
  • Escalofríos con temblores
  • Dificultad para respirar
  • Confusión
  • Sudoración excesiva
  • Dolor de cabeza
  • Inapetencia
  • Baja energía
  • Fatiga
  • Dolor torácico agudo o punzante, que empeora al respirar profundamente o toser.

Para paliar esta afección, los doctores recomiendan respirar aire caliente y húmedo ya que ayuda a aflojar la mucosidad que provoca la sensación de ahogo. Para esto, se puede colocar un pedazo de tela caliente y húmeda sobre nariz y boca sin hacer presión, o llenar un humidificador con agua caliente. Además, se pueden hacer respiraciones profundas dos o tres veces cada hora para abrir los pulmones, golpear suavemente la zona de los pulmones varias veces al día y acostarse con la cabeza más baja que el pecho. Por otra parte, se recomienda beber mucho líquido, descansar las veces que sea necesario, lavarse las manos con frecuencia y evitar estar en contacto con personas que están con cuadros virales. Los especialistas también aconsejan que los pacientes adultos mayores, reciban cada año la vacuna antigripal, pues previene la neumonía y otros problemas causados por el virus de la influenza. Además, pueden adquirir la vacuna antineumocócica que reduce considerablemente las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae. La neumonía es una enfermedad de suma atención que necesita de los cuidados necesarios principalmente de quienes viven con los adultos mayores. De esta manera, y si la familia del paciente entiende la gravedad de esta dolencia, se puede mejorar notablemente la calidad de vida de aquellos que están viviendo los años dorados.

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